No me fui... o si... pero lo importante es que estoy aquí de nuevo con mi compromiso al 100% con este blog.
Estuve acomodando algunos melones en el carro y además aproveché los feriados para viajar al paisito, un tema pendiente desde diciembre....
Como decía, estuve acomodando algunos melones en el carro. A qué me refiero especificamente? bueno... a resolver las incomodidades que hace rato sentía y por miedo y otras razones no lograba destrabar.
Desde hace tres años venía sosteniendo una situación emocional que me gustaba, me tenía contenta (de a momentos) pero en definitiva no era lo que yo quería.
Por resignación (es lo que hay), por miedo, por no querer de salir de la zona de confort la sostuve todos estos años pero llegó el momento que algo (una acción, una palabra) hizo sentido y ahi se produjo el quiebre: no estoy logrando lo que quiero y eso hace que no esté contenta.
Estuve una semana dandole vueltas al asunto creyendo que lo podía resolver sola; y ahí me di cuenta que por más estudiante de coach que sea, por más que conozca las herramientas es necesaria la escucha de otro, entonces tuve una conversación con mi coach.
No fue fácil aceptar y declarar que mi relación soñada no me satisfacía, pero sobre todo más difícil fue despojarme del papel de víctima, hacerme responsable por lo que me estaba pasando y tomar el compromiso de hacer algo para cambiarlo.
Gracias a esa conversación con mi coach, me di cuenta de la importancia de las conversaciones no solo las de coaching sino de aquella que aún no había tenido con quien debía,que era una conversación difícil que tenía que diseñar.
Asi fue como comencé a sacar afuera todo lo que estaba en mi cabeza, en mi conversación interna, lo que me digo, mi columna izquierda. Y me escuché decir como me sentía en esa relación, escuché mis expectativas y todo lo que no estaba logrando.
Me dolio, me dió bronca, saqué mis emociones afuera y las vi...
Tuve miedo de lo que pudiera pasar luego pero también aprendí que hay cosas que solo dependen de mi (mis acciones) las incondicionables y otras que dependen de la otra persona, las condicionales.
Quería irme de la sesión con una nueva visión de cómo resolver el tema que me preocupaba y no solo entendí que me debía una conversación con la persona en cuestión sino que gracias a la conversación de coaching salí en PAZ.
Horas más tardes estaba llamando a un número telefónico
Hola, como estás? Me gustaría conversar con vos, hay algunas cosas que quiero decirte
Lo que pasó después.... se los cuento en la próxima entrada.
FELICES PASCUAS!!!!
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