Cuántas veces a lo largo de nuestra vida hemos escuchado esta frase?
Yo muchísimas, debo confesar. Y estoy muy agradecida a mis padres, maestros, profesores, amigos y a todos aquellos que me animaron a no darme por vencida, que me estimularon a seguir adelante.
Thomas Edison decía " No he fracasado setecientas veces; no he fallado una vez he demostrado que esas setecientas formas no funcionarán.
Cunado elimine las formas en que no funcionan encontraré la forma en que va a funcionar"
A veces nos damos por vencidos demasiado rápido, si ya lo intentamos varias veces y no funcionó ¿para que hacerlo una vez más?
Pero justamente en esa frase es donde se esconde la llave del éxito: y es... APRENDIZAJE.
Porque solo a través de el podemos lograr algo distinto.
Las personas inteligentes, las eficaces saben de esto y cometen errores, se caen y se vuelven a levantar porque saben que detrás de cada error hay una nueva lección que aprender.
Saben que la mejor forma de aprender es equivocándose.
Si de una manera no funciona ¡probemos con otra!
No tengamos miedo al fracaso no renunciemos NO NOS DEMOS POR VENCIDOS!!
Observemos a los niños pequeños ¿cuántos tumbos se han dado en la afanosa tarea de aprender a caminar?
Y ni hablar de cuándo (los que manejamos) aprendimos a manejar un auto! Acaso no era imposible la coordinación de mirar los espejos, poner los cambios, apretar acelerador y embrague, tener cuidado del tráfico... ? Uffff!!!
Teniendo en cuenta los dos ejemplos anteriores ni el niño ni yo renunciamos a pesar del miedo y de los fracasos momentáneos.
Y si miramos hacia atrás... ¿que hubiera pasado si no lo hubiéramos intentado una y otra vez?
El aprendizaje requiere tiempo y caer a menudo.
Por último, quiero compartir una nota que leí esta mañana y que resume lo expuesto aquí.
A principio de la temporada de baloncesto de 1989, Michigan se enfrentó a Wisconsin. Faltando segundos en el último cuarto de hora, Rumeal Robinson de Michigan se vio en la línea de penalidad.
Su equipo estaba rezagado por un punto y él sabía que si podía anotar ambos tiros libres, Michigan ganaría.
Tristemente, Rumeal falló ambos tiros.
Wisconsin perdió frente al preferido Michigan y Rumeal fue a su vestidor sintiéndose aplastado y avergonzado.
Sin embargo, su desánimo lo estimuló a tomar acción y motivó su determinación.
Decidió que al final de cada práctica por el resto de la temporada, tiraría cien tiros libres extras al canasto. ¡Y lo logró!
El momento llegó cuando Rumeal se puso en la línea de penalidad en otro juego, de nuevo con la oportunidad de hacer tiros libres al canasto. ¡En esta ocasión, solo quedaban tres segundos de tiempo, y el juego era de los finales de la NCAA!
¡Como un chasquido salió el primer lanzamiento!
Y como un chasquido el segundo. Esos dos puntos dieron a Michigan la victoria y el Campeonato Colegial Nacional de la temporada.
¿Has fracasado en algo? No te des por vencido. En vez de ello, intensifica tu esfuerzo. ¡El éxito es posible!
Fuente: http://www.renuevodeplenitud.com/reflexiones-no-te-des-por-vencido.html
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